Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historia. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de julio de 2009

Aun


Mire como su perfil empezaba a encender aquel porro de marihuana, se concentro durante varios segundos en darle pequeñas pitadas, podía sentir como disfrutaba ver aquella bocanada de humo formar extrañas figuras en el aire, cruzo las piernas y apoyo uno de sus codos en su rodilla izquierda, me sonrió como aceptando alguna culpa y enseguida me dijo "hace mucho q fumo marihuana, incluso cuando estuvimos juntos, había días q estaba muy pasada", volvió a darle un par de pequeñas pitadas al porro, me miro con esos inmensos ojos negros, torció los labios y sin quitarme de encima la mirada, dejo escapar otra bocanada de humo, "quieres?" estiro su brazo ofreciéndome compartir lo poco q quedaba, la sentí algo decepcionada cuando rechace su oferta, "hacer el amor, después de fumar es diferente" entonces apago el porro con sus dedos previamente ensalivados, con cariño, con cuidado, con una ternura envidiable.

Saco de su mochila verde los cinco libros q había comprado en Argentina, me hablo de ellos apasionada, sus ojos se expandían, su lenguaje corporal cambiaba, me mostraba partes de estos libros con su pequeño dedo índice y me daba breves explicaciones de los sentimientos q originaban aquellos textos en ella, "mira, mira este, cuando leí esto me acorde de nosotros" algo moría dentro de ella después de escucharse, entonces me miraba de costado, encogía los hombros y me daba un beso triste en la mejilla, en seguida se apresuraba en buscar otro de sus libros, otro párrafo, otro texto, otra frase que le recordaba a "nosotros", y se repetía el momento. "estas aburrido?" me pregunto después de mostrarte por varios minutos los mejores textos de aquellas cinco historias, ella sentada en aquella cama; pudo oler su tristeza, abrió el cierre de su mochila, se apresuro en recoger todos los libros y meterlos en ella, cuando termino estuvo quieta, al parecer esperando que dijera algo, entonces se recostó y quedo mirando la blanca y manchada pared de aquel hotel.

"Mira lo q te traje!" me puso los audífonos mientras se iba dibujando una sonrisa expectante en su rostro, un acorde disonante me hacia levantar las cejas de manera distinta, entonces su sonrisa crecía un poco, sus mejillas tomaban un color rojizo, miraba el aparato de música y chequeaba el volumen; asegurándose q no me perdiera de ningún sonido, de ningún momento. Empezaba a cantar sin emitir sonidos, sus húmedos labios se movían bailando al ritmo de una canción q sonaba en su mente y que yo disfrutaba desde sus audífonos, cerraba los ojos y sin darse cuenta subía lentamente los decibeles, la canción llegaba a su clímax, a una especie de orgasmo tímido, me tomo el rostro con ambas manos, y me dio un beso de alcoba, " tú sabes q yo te voy a querer siempre no?"

Ella sostenía mi mano y de cuando en cuando la apretaba muy fuerte; como si recordara algo q motivara aquel gesto; ambos mirábamos en direcciones distintas a través de las ventanas de aquel auto y mientras su cabeza se movía de un lado al otro lentamente, como si negara la muerte de alguien cercano "así van a doler nuestras despedidas?" me preguntó. Baje aquellas tres maletas del auto, a pesar de q ella contenía palabras, lagrimas, miedos "te voy a extrañar demasiado, dime q voy a hacer, cuando nos despidamos" había anticipado, la noche anterior. Nos quedamos parados uno frente al otro, observándonos, recordábamos nuestros defectos, nuestras batallas y las derrotas, nuestras decepciones, nuestras promesas; entonces cansados de esa distancia nos abrazamos y comprendimos q a pesar de todo:

aun nuestros pasos mantienen el mismo ritmo,

aun nuestra historia tiene textos por escribir,

aun queda tiempo para fumar y hacer el amor,

...Aun.

Continuar leyendo...

miércoles, 8 de octubre de 2008

Malditos Celulares

Me juego por la esperanza, por las palabras q digo mientras duermo, por lo q imagino cuando callo, por la manera q envidio mi pasado, por la forma q maldigo la distancia, el silencio, los miedos y los malditos celulares, y si mis palabras fueran las correctas? y si los dos nos jugáramos por la esperanza? nuestros sueños se cumplirían? Regresarías a mi?.

Tus pensamientos reposan sobre otro regazo, tus sueños los sacudes cada mañana al despertar junto a alguien más; y si la esperanza ganara? te invitaría a encerrarnos en mi oscura pieza, en reinos de nosotros mismos, a escuchar una canción muchas veces. Es la tristeza del q camina solo, de aquel q extraña absolutamente todo, del q se nutre de recuerdos y de canciones viejas, repetidas tantas veces.


Porque a pesar del último latido, el alma le declara la guerra al cuerpo, esta se niega a ceder, pelea como un niño enfurecido, y es esa debilidad la que se disfraza de esfuerzo, es aquel grito q se esconde detrás del silencio


Pensando en ti, voy pensando en lo q te diré al volverte a ver, o en lo q te dejare de decir (como ocurrio hasta ahora) pero podras leer estos escritos, torpes y desordenados. Demasiado, si es q es posible extrañar demasiado, acomodar tus cabellos, y ha pasado tanto tiempo, tanto silencio, sin emisor, sin mensaje, sin medios, sin receptor. No está bien guardarse estos pesos dentro de uno, solo queda convivir con ellos, se convierten en la mascota de un solitario, aquella q te recibe al llegar a esas oscuras cuatro paredes.

Me quedaría para siempre instalado debajo de tus vestidos, aun valgo la pena, pero la pena al lado tuyo? un mensaje, que mate q haga sangrar esta esperanza, q mi apuesta por ella sea una apuesta a perdedor. Seras la q rie, la q salta mientras baila, la q sonríe de una extraña manera cuando toma tequila, la q se conmueve con historias simples e ideas complicas, la q se disfraza de extraña, la q entrega todo, la q lo dio todo, la q dejo todo por pocos, la que llora al escuchar solo una frase de alguna canción, la me pidió q me quedara, la q deje ir…


Con la cama fría, con el sueño aun en mi despeinada cabeza, entro a la ducha con desgano y bostezando, me miro un poco rato en el espejo y me compadezco otro más, una ducha tibia y los sueños se ahogan, recordándonos, el alma se distrae, el rostro esboza una sonrisa, un boceto de alegría que termina al volver a la imagen reflejada en el espejo, desayuno un respiro hondo y una mirada de la ciudad. Me apoyo en el elevador agotado por empezar el día, cierro los ojos y te extraño tanto.

Yo siempre volveria….

Una tenue señal, aunque sea una timbrada, (malditos celulares)


Continuar leyendo...

miércoles, 7 de mayo de 2008

El Muro


Estoy realmente solo. Vivo en una casa con cinco habitaciones, de las cuales solo habito una y rondo por las noches en las demás, sentado frente a un frió monitor, derramando esta mi soledad sobre el teclado. He empezado a crear una rutina, un ritmo nuevo, esperando así lograr la posibilidad de ser. El pasado yace ahí como para no olvidarlo; como un animal hambriento esperando a su presa. Para extrañar, para sentirnos cómodos en nuestras tristezas, para recordar de alguna manera mórbida y siniestra q en algún momento presenciamos la perfección, que en algún momento nos impregnamos de ese instante y nos soñamos tan fuertes, tan sabios, tan eternos. Y q duro es despertar!.

Volver sobre mis pasos, reinventarme una vez mas, recordar y acostumbrarme a la ausencia de tus colores, volver al negro. Empezar de nuevo, empezar el día con una cama fría, con una aburrida ducha. Prepararme el desayuno, sonreírle a la almohada, besar al aire, oler el tiempo, acariciar mis penas. Levantar los muros en largas y extrañas jornadas de trabajo, como un obrero explotado; coloco ladrillo tras ladrillo con una furia sonriente, que tiene sabor a venganza. Levanto aquella estructura infranqueable e indestructible, sin entradas, ni salidas, para q no puedas regresar, para q yo nunca persiga tu sombra. El murmullo ha cesado, exhausto me desplomo en este refugio y me apoyo en una de sus cuatro paredes, dejo descansar mi cabeza y pego una oreja a este frió suelo, escucho una marcha lejana, escucho aproximarse ya a una estampida iracunda de rabiosos conejos, que van estrellándose una y otra vez contra mis defensas, cual kamikazes dejando impresa su rojísima sangre, formando una especie de obra artística de la cual estarías tan orgullosa.

Has entrado en mi casa, has entrado a la habitación que habito en ella y no has mirado con sorpresa estas barreras, las has acariciado y las has observado con la mirada húmeda, con tu mano derecha cercana a tu boca, intentado que no se te escapara la pena; para no sentirte culpable. He escondido mis versos en lo más oscuro de mi inconciente, he destruido los poemas. He gritado tantas cosas q nunca podrás escuchar tras estos muros.

Intento declarar una guerra a mi mismo. Intento quebrar los muros, trepar las paredes, romper los ladrillos, me siento un rabioso conejo kamikaze. Una y otra vez me estrello contra la pared y el murmullo vuelve a cesar, pego mi oreja al frió suelo...

La gravedad se siente aun más cuando estas cerca. Te has marchado.

Tu tierna vergüenza al estar desnuda me recuerda que el dolor en el alma y el dolor en el cuerpo; es algo q tendrá q desaparecer conmigo, como un sobreviviente a un ataque nuclear. Con las heridas q nunca sanan, con los muros q se elevan y se elevan…hasta reconstruir ciudades enteras.




Frio como una navaja, ajustado como un torniquete, seco como una redoble de funeral, los incomparables Floyd con One of my turns del increible The Wall

Continuar leyendo...