Volver a escucharte, es alivianar mi alma, es generar una tenue y agradable sorpresa, fue como escuchar un secreto a escondidas, una voz casi imperceptible, q tenía miedo a soltar aquellas palabras y encontrar este sentimiento que agoniza en mis interminables pozos profundos. Darme esperanza, solo por la certeza de saber que nunca más serás mía. Así uno se siente protegido.
Olvidarte fue una de las cosas más complicadas que tuve q enfrentar, entendí q se puede estar solo, q se puede disfrutar la tristeza, q se puede maldecir la felicidad, aprendí a crear terapias, a curarme las heridas, a crecer con un poco de frio y un poco de hambre. Aprendí a escuchar canciones más lentas y más tristes, a componerlas, a cantarlas durante largas jornadas nocturnas y odiarme por recordarte cada vez q lo hacía. No se sana nunca de esto, son heridas perpetuas y solo están ahí, tatuadas a uno.
Recuerdo nuestra última conversación, tú y tus palabras tan tuyas, yo y mis silencios, tu anunciándome tu llegada, yo y mis miedos, tu invitándome a invitarte, yo prisionero de mi orgullo, recapitulando aquella situación, creo q no hubiera valido de nada intentarlo, lo sé, siempre derrotista, he aprendido a saciar mis penas y aquello ya era suficiente. Te extrañe a oscuras y en silencio, entre acordes disonantes y lecturas breves, te extrañe como se extrañan los días de verano, con esos ánimos de volver siempre a ellos y pensar q llevabas alas cuando te descubrí, q nuestro primer “beso fundamental” fue a escondidas de una multitud; dime si debo arrepentirme por extrañar todo eso.
Estos gritos son solo eso, gritos de una euforia pasada, de una sentimiento q agoniza, q busca la paz de una muerte que no llegara, q aprieta los dientes y empuña las manos; lo tengo claro, pero antes de todo este razonamiento, me enseñaste a observar con cuidado y a querer a quien me quiere, a quien me quiso.
Me pregunto cuales eran las posibilidades, han de de ser un numero muy grande, me da una flojera inmensa solo imaginarlo, la probabilidad q un hecho ocurra se basa en el numero de eventos exitosos dado un numero de posibilidades totales, es decir al ser solo una pagina entre ..... tantas?. espero sepas guardar un secreto, espero q la elegancia con la q las mujeres digamos transmiten la informacion, no se haya dado. este es un refugio de los pocos q tengo, aqui soy el q siempre extraña, el pobre infeliz q siempre dejo ir.
(suena el teléfono del departamento, escucho su voz tan lejana)
Las penas tambien sonrien.
viernes, 25 de julio de 2008
Escuchar su voz
sábado, 12 de julio de 2008
El Viaje
Ella bailaba sola, con el rostro entregado al cielo, los ojos bien cerrados, con los brazos extendidos, como esperando consuelo de alguien, se acariciaba el cabello con sus pequeñas manos, me lanzaba un guiño cómplice y un beso que se iba perdiendo en el cargado ambiente. Acodado en la barra, levantaba mi vaso, tiraba una larga y desganada sonrisa, asentía un poco la cabeza, y devolvía el guiño, en un gesto q asemejaba a una mueca.
Ella no era más la tímida niña de ojos culpables, de voz bajita, de andar pausado, que obligo a mi voz, a perseguir sus oídos. Su pequeña cintura se movía endiabladamente, parecía entregarse por completo a su vientre, olvidarse del mundo, de todos esos ojos ajenos q la contemplaban. Cerrar los ojos sentirse deseada, murmurar algún pensamiento oscuro y morderse los labios, esperar q alguien le pregunte su nombre, su edad, si le apetecía un trago y su incomprensible soledad en estos bailes. Respirar abrir los ojos, buscarme con la mirada, para encontrarme acodado a la barra, con la furia sonriente, con los celos en mis puños, con las venas q palpitan, con mi orgullo masoquista. Recordarme, desearme, encaminarse hacia el lugar donde estoy, extender los brazos y meterse entre mis piernas, mientras susurraba algún pensamiento sucio al oído, termino con un mordisco en el. Nunca se puede ser tan débil.
Entonces volvemos a abrir esta puerta, a cruzar este umbral, a recostarnos en estas sabanas, a mirarnos desnudos, a acariciar nuestros rostros, a intentar entender lo q va a ocurrir una vez más, no somos esclavos de nosotros mismos, somos esclavos de este duelo, de esta lucha, de esta danza afiebrada. Terminar contigo, terminar en ti, morir un poco en cada duelo, entregarte la vida de pocos y abandonarme al silencio, mientras te muerdes los labios y tus jadeos se desvanecen lentamente. Mirar el techo sin comprender porque cruzamos ese umbral, porque abrimos esa puerta, porque se es tan débil. Esperar que el otro quiebre la quietud es esperar en vano. Mirarte a los ojos por última vez, verlos humedecidos, tristes, ocultos. Mañana parto a un país ajeno, a una ciudad extraña, y tu me pides “no te vayas…” mientras tu voz se quiebra un poco. La luz que anuncia el final de esta noche hace su entrada por un costado de la oscura cortina. Nos vestimos uno al frente del otro, exhaustos, con la melancolía q se anticipa a nuestra ausencia, hemos sido derrotados por el destino. Juramos volvernos a ver, tu esperarme y yo regresar.
Te bajas del auto con una inmensa esperanza, mientras te alejas esta se hace cada vez mas pequeña, y al doblar la esquina; ya he muerto.
Se llora a la muerte, se extraña al ausente, se quiere al imposible, se ama siempre se ama.
Hoy 5 de Julio del 2008, llegue a Santiago de Chile.
miércoles, 7 de mayo de 2008
El Muro
Volver sobre mis pasos, reinventarme una vez mas, recordar y acostumbrarme a la ausencia de tus colores, volver al negro. Empezar de nuevo, empezar el día con una cama fría, con una aburrida ducha. Prepararme el desayuno, sonreírle a la almohada, besar al aire, oler el tiempo, acariciar mis penas. Levantar los muros en largas y extrañas jornadas de trabajo, como un obrero explotado; coloco ladrillo tras ladrillo con una furia sonriente, que tiene sabor a venganza. Levanto aquella estructura infranqueable e indestructible, sin entradas, ni salidas, para q no puedas regresar, para q yo nunca persiga tu sombra. El murmullo ha cesado, exhausto me desplomo en este refugio y me apoyo en una de sus cuatro paredes, dejo descansar mi cabeza y pego una oreja a este frió suelo, escucho una marcha lejana, escucho aproximarse ya a una estampida iracunda de rabiosos conejos, que van estrellándose una y otra vez contra mis defensas, cual kamikazes dejando impresa su rojísima sangre, formando una especie de obra artística de la cual estarías tan orgullosa.
Has entrado en mi casa, has entrado a la habitación que habito en ella y no has mirado con sorpresa estas barreras, las has acariciado y las has observado con la mirada húmeda, con tu mano derecha cercana a tu boca, intentado que no se te escapara la pena; para no sentirte culpable. He escondido mis versos en lo más oscuro de mi inconciente, he destruido los poemas. He gritado tantas cosas q nunca podrás escuchar tras estos muros.
Intento declarar una guerra a mi mismo. Intento quebrar los muros, trepar las paredes, romper los ladrillos, me siento un rabioso conejo kamikaze. Una y otra vez me estrello contra la pared y el murmullo vuelve a cesar, pego mi oreja al frió suelo...
La gravedad se siente aun más cuando estas cerca. Te has marchado.
Tu tierna vergüenza al estar desnuda me recuerda que el dolor en el alma y el dolor en el cuerpo; es algo q tendrá q desaparecer conmigo, como un sobreviviente a un ataque nuclear. Con las heridas q nunca sanan, con los muros q se elevan y se elevan…hasta reconstruir ciudades enteras.
Frio como una navaja, ajustado como un torniquete, seco como una redoble de funeral, los incomparables Floyd con One of my turns del increible The Wall
lunes, 28 de abril de 2008
El pianista
Aquel pequeño y frió circulo descansaba en su sien, esperando el ultimo sonido, la ultima nota y su previo suspiro. El pianista tocaba una triste melodía q inundaba aquella habitación de congojo y recuerdos, sus manos bailaban entre las teclas lentamente, como conociendo el final, como alargando esos últimos acordes, su rostro caído; tapado por sus largos y mojados cabellos, se abandonaban a la música, con las rodillas moviéndose cada vez mas rápido y los ojos bien cerrados aquel pianista tocaba aquella triste melodía y esperaba….
El asesino con el brazo extendido, sosteniendo ese revolver en la mano derecha, mientras empuñaba su mano izquierda tan fuerte q se hacia daño, el cuello tieso, los dientes demasiado apretados, la mirada iracunda y aquella sonrisa q delataba el goce de su venganza, no recordó haber sido nunca tan feliz como en aquel momento, la melodía triste y conmovedora acariciaba su furia intentando abrazarlo, mimarlo: corromperlo; pero aquel terco asesino, con aquel frió revolver en sus manos y aquella sonrisa q delataba el goce de su venganza; esperaba….
Ella sentada en una esquina, sumergida en un interminable y descontrolado llanto; tapaba su rostro con las manos; como avergonzada de haber amado tanto, como queriendo ocultar su tristeza; porque nadie en aquella habitación merecía sus lagrimas, pero ahí estaban; se estrellaban una y otra vez contra el maltratado piso de madera y aquel sonido ensordecía por momentos la triste melodía q envolvía de congojo y recuerdos el ambiente. Con las rodillas juntas y los pies separados, con sus codos apoyados en sus piernas, con los cabellos caídos y sus manos en aquel triste y bello rostro, desconsolada ella esperaba….
Yo testigo de aquel especial momento, murmuraba q todo eso era tan hermoso, era una prueba contundente de q el ser humano siente, canta, baila, crea, ama, llora, odia, sonríe y mata, en aquel respectivo orden!. Poesía de paisaje y la melodía que masajeaba mi alma, q cosquilleaba mi cerebro, q encendía mi morbo, quieto, en silencio y abrumado yo espere….
La ultima nota sonó, el acorde murió como agonizando, entristecido, resignado a su final, retumbo en la habitación y desapareció de a poco, lentamente se desvaneció en el ambiente. Con las manos temblorosas encima de las teclas, las mantuvo firmes por un momento para luego abandonarlas y q cayeran al costado de cada una de sus piernas. Aquel pequeño y frió circulo que se abría paso entre sus largos y mojados cabellos; descansaba en su sien y el silencio resulto insoportable.
El tiempo nunca para, como plantea bersuit