domingo, 6 de diciembre de 2009

La Perra



La perra llora como si sintiera dolor, rodeada de todo ese basural, del q suele alimentarse, del q suele nutrirse. Se imagina bella, se confunde... y de pronto, se sabe tan poco, se siente tan poco y entrega su enfermo cuerpo a cualquier individuo de caricias fáciles. Se sabe poco otra vez, se siente poco una vez mas, se huele de a pocos. A veces se detiene y ladra, solamente para sentirse escuchada. Se lame el sexo y un cosquilleo en la nuca la acaricia, desnutrida y con rasgos de una vejez apresurada, la perra llora como si no sintiera dolor.

Sus vacios ojos pierden protagonismo ante sus afilados dientes, ante sus largas uñas pintadas de colores, ante vestidos llamativos que solo viste por intentar ser única, por intentar ser diferente. En inutiles esfuerzos. Se confunde con humana y se sueña artista. Sueña pintar pero sus desafortunados cuadros asemejan a un primate entrenado, sueña escribir y tan solo se puede sentir pena por ella, sueña con melodías, pero la única que conoce es el silbido de aquel desgraciado que le brindara caricias, para luego abandonarla. Y de pronto.... Se sabe tan poco, tan simple, escribiendo con ladridos, textos ajenos y sus torpes garras dibujan torpes frases; en un desdichado papel amarillento.

La perra solo se fía de los olores, y se jacta de ello, manifiesta que es su mayor virtud, se confunde.... y de pronto

Se huele a si misma... y el olor, ese olor! resulta insoportable

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